El ingeniero filipino Mark Bantugon ha creado un sellante biodegradable para aviones a partir de la resina del árbol Pili, que ofrece una alternativa más segura y sostenible a los adhesivos tóxicos.
Con sólo 26 años, el ingeniero aeronáutico filipino Mark Kennedy Bantugon ya está cambiando nuestra concepción sobre el mantenimiento aeronáutico. Con su invento Pili Seal®, un sellador sostenible para aeronaves fabricado a partir de residuos agrícolas, ofrece una alternativa más segura y biodegradable a los adhesivos convencionales que se usan en la industria aeroespacial, muchos de los cuales contienen ingredientes petroquímicos peligrosos.
Su innovación le ha valido un puesto entre los 10 ganadores mundiales del Premio Jóvenes Inventores 2025, concedido por la Oficina Europea de Patentes (OEP).
Replanteamiento de los selladores aeronáuticos con alternativas naturales
Durante más de medio siglo, los selladores a base de polisulfuro han sido el estándar en la fabricación y reparación de aeronaves, especialmente para sellar depósitos de combustible. Sin embargo, estos productos suelen plantear graves riesgos para la salud y el medio ambiente. Pueden causar irritación cutánea y respiratoria, y su eliminación requiere una manipulación especial debido a su composición química. Pili Seal® rompe con esta norma al utilizar la resina del árbol Pili, una sustancia que normalmente se desecha como residuo en las industrias alimentaria y de perfumería de Filipinas.
"Estoy abordando dos problemas distintos", explica Bantugon. "El primero son los inconvenientes de los selladores y adhesivos comerciales. El segundo son los 155 millones de kilogramos anuales de residuos de resina de Pili. Con Pili Seal, soluciono dos problemas distintos con una sola solución".
Elaborado a partir de esta resina naturalmente pegajosa, combinada con un disolvente y un agente endurecedor, Pili Seal® funciona en condiciones extremas: resiste el o con el combustible, el calor y la presión. Ya ha superado múltiples pruebas de inflamabilidad conforme a los estándares del sector, lo que demuestra su potencial para el uso en aeronáutica. Pero Bantugon ve aplicaciones mucho más amplias. "Este producto es eficaz en aplicaciones de diversos materiales: metales, madera, vidrio y cerámica. Por ejemplo, en caso de goteras en el techo, puede usarse para evitar filtraciones", afirma.
De las raíces rurales a la innovación aeroespacial
Criado en Batangas, una provincia rural de Filipinas, Bantugon creció viendo a su padre trabajar la tierra y a su madre enseñar en la escuela local. Su fascinación por los adhesivos surgió cuando empezó a tapar goteras con chicle. Esa curiosidad lo acompañó durante sus estudios de ingeniería aeronáutica y más tarde en unas prácticas en Lufthansa Technik Philippines, donde experimentó de primera mano los riesgos para la salud asociados a los selladores tradicionales.
Decidido a encontrar una alternativa más segura y ecológica, Bantugon pasó años experimentando con seis tipos de resina de árbol antes de elegir la Pili. Perfeccionó 84 fórmulas diferentes antes de dar con la que funcionaba. El resultado: un sellador de origen biológico que favorece la economía circular y podría ofrecer una nueva fuente de ingresos a los agricultores filipinos.
En 2024, Bantugon fundó Pili AdheSeal Inc. para llevar el producto al mercado. Su trabajo contribuye directamente al Objetivo de Desarrollo Sostenible n.º 9 de la ONU (Industria, Innovación e Infraestructura), pero también es profundamente personal. "El éxito", dice, "se disfruta más cuando se comparte".
Bantugon espera que el sello Pili Seal® obtenga pronto la certificación internacional, lo que abrirá las puertas a asociaciones mundiales en el sector de la aeronáutica. También está explorando colaboraciones con los sectores de la construcción y la automoción, con el objetivo de ampliar la producción y crear puestos de trabajo sostenibles en las comunidades rurales filipinas.